34º aniversario del asesinato de los abogados laboralistas de Atocha, 55
Una heladora mañana madrileña ha sido el marco en el que, como cada año, las Comisiones Obreras de Madrid han rendido homenaje, han recordado, la memoria de los abogados asesinados vilmente por el fascismo. Son ya 34 los años en que el número 55 de la calle de Atocha se teñía de sangre, de la sangre de unos jóvenes abogados que han dejado una profunda huella en las generaciones venideras, en lo que podemos calificar "el espíritu de los abogados de Atocha".
Esta mañana, como cada 24 de enero, tras la visita a los cementerios de Carabanchel y San Isidro, donde descansan los restos de tres de los abogados, buen puñado de personas se ha reunido en la madrileña plaza de Antón Martín, junto al monumento El Abrazo, de Juan Genovés, casi en frente del portal donde se ubicaba el despacho de los abogados laboralistas.
En ese emotivo, pero humilde acto, el secretario general de CCOO de Madrid, Javier López reproducía las palabras de Francisco Naranjo, responsable de Comunicación de CCOO de Madrid, referidas a la emoción, al orgullo de haber participado aunque haya sido sólo como un minúsculo grano de arena a que ese monumento presida la plaza de Antón Martín.
En presencia de representante de partidos políticos estatales y regionales, así como el presidente del Senado, José Bono, bajo El Abrazo también han dirigido unas breves palabras Raúl Cordero director de la Fundación Abogados de Atocha; Antonio Hernández Gil, decano del ilustre Colegio de Abogados de Madrid; Daniel Morcillo, secretario general del PCE-Madrid; y Alejandro Ruiz-Huerta, presidente de la Fundación Abogados de Atocha y superviviente de aquel atentado terrorista.
Huerta proclamó que Madrid tiene que sentir orgullo por tener en su tierra los cuerpos, que ya son tierra de los asesinados por el "puro fascismo" y alentó a no perder la memoria porque "seguimos olvidando, sin reconocer el peso de los trabajadores y las Comisiones Obreras" en lo que ha venido en llamarse la Transición.
Javier López, antes de comenzar la séptima edición de los premios Abogados de Atocha, se refirió a aquellos que tienen "sed de urnas", frente a los cuales estamos nosotros que tenemos "una tremenda sed y hambre de justicia, de Estado democrático, de Estado de Derecho", igual que tenían los abogados de Atocha.
Por su parte, el decano del Colegio de Abogados de Madrid, Antonio Hernández Gil, ha afirmado que estar en este homenaje es "un honor" por el compromiso que tuvieron los abogados de Atocha con los valores democráticos y sociales, unos valores cuya defensa les valió que fueran asesinados.
A continuación, el secretario general del PCE-Madrid, Daniel Morcillo, ha reconocido el papel de unos abogados asesinados por defender la libertad, la justicia y los derechos de muchos trabajadores, derechos que aún hoy están siendo "atacados y humillados" por quienes gobiernan.
Colectivo de Abogados Saharauis
Poco después, en el Auditorio Marcelino Camacho de CCOO de Madrid, se llevaba a cabo la ceremonia de entrega de los premios Abogados de Atocha en su séptima edición, ceremonia conducida por Paula Guisande, responsable del Sindicato Joven de CCOO de Madrid y por el hijo de Luis Ramos, uno de los abogados supervivientes de la matanza fallecido recientemente.
En esta ocasión el galardón ha recaído en el Colectivo de Abogados Saharauis quienes, en boca de Raúl Cordero, "igual que hacían nuestros abogados, defienden causas sin cobrar y sufriendo una fuerte represión". Cordero ha explicado que no se pudo hacer público el nombre de los premiados para no poner en riesgo su salida de Marruecos.
Los premiados han sido: Mohamed Lahbib, Mohamed Fadel Leili, Mohamed Boukhaled y Mohamed Bazaid Lahmad. Los tres primeros han estado durante dieciséis años recluidos en cárceles secretas de Marruecos. En este sentido, José Luis Doñoro, vicepresidente de la comisión de Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía española destacó la labor de la Misión de Observadores jurídicos en el Sahara y, especialmente tras los últimos acontecimientos.
En representación de los galardonados, Mohamed Lahbib ha agradecido el premio y ha recordado como el 24 de enero de 1977, el mismo día del asesinato de los abogados de Atocha, ellos estaban perseguidos por un régimen similar al franquista y como después de dieciséis años en cárceles secretas han dejado 42 fallecidos y multitud de personas con secuelas irrecuperables.
Lahbib ha proclamado que "después de integrarnos en la vida, hemos constatado que el ser humano sigue sufriendo ya sea a través de detenciones arbitrarias o torturas", por ello se ha dedicado a la defensa de acusados "en un país que no respeta ni sus propias leyes".
El abogado saharaui ha destacado el apoyo de muchos abogados españoles que han sufrido en sus propias carnes la expulsión y la humillación y ha mencionado a algunas de estas personas: Inés Miranda, José Manuel de la Fuente y Cristina Navarro. Asimismo Lahbib ha explicado que este galardón les da ánimos a continuar en su lucha y ha asegurado que consideran este reconocimiento como "un reconocimiento a todos los defensores de los derechos humanos en el mundo y especialmente a los abogados y observadores que nos acompañan en los juicios en Marruecos".
Expulsados de la historia
En su intervención, Javier López ha insistido en que "el espíritu de los de Atocha sigue entre nosotros" y "ese espíritu se pone en valor cada vez que son amenazados los derechos, cuando el ser humano sigue sufriendo".
López ha mostrado su preocupación por el desconocimiento que la juventud tiene sobre la reciente historia de España y en concreto del papel de la izquierda y ha enfocado cuál debe ser la pregunta que hemos de hacernos para llegar a esta situación: ¿Cómo han conseguido expulsarnos de la historia, de la vida cotidiana? Por ello, el líder de CCOO de Madrid ha insistido en que la memoria y la lucha de los abogados de Atocha no sean olvidadas y "nuestro compromiso para que nadie nos arrebate el futuro ni nos expulse de la historia". En esta misma línea, Alejandro Ruiz-Huerta ha explicado que "hay que fortalecer la memoria".
